viernes, 26 de diciembre de 2014

HABILIDADES DE NIÑOS PARA CRECER COMO ENTRENADORES



Seguro que en algún momento de nuestras vidas, hemos pensado…”¡Ojalá volviera a ser un niño!” ¿Qué puede pasar para que queramos volver a ser como un niño? ¿Acaso no podemos seguir teniendo muchas de las cosas buenas que supone ser de nuevo pequeños? ¿Se nos han olvidado al no practicarlas? Lo que es seguro es que siempre tenemos guardado un niño dentro de nosotros y que cuando sale a la luz nuestras sensaciones son siempre buenas: alegría, diversión, felicidad, curiosidad, disfrute… Hacemos cosas que si nos paráramos a pensar, no nos atreveríamos a hacer. Y precisamente ese muro que nos ponemos es el que nos impide poder utilizar, en nuestro beneficio, todas esas cualidades que provocarían un crecimiento personal y profesional increíble.

Y en nuestro entorno deportivo, ¿cómo influye esa pérdida de habilidades infantiles? ¿Nos influiría positivamente, como entrenadores, apoyar las acciones “correctas” de los adultos con las habilidades que tienen los niños? Imaginaros: ganas de aprender constantemente, el incansable entusiasmo al realizar cualquier actividad, celebrar los objetivos conseguidos, imaginar soluciones inverosímiles... Quitémonos todos esos filtros adultos y aprovechemos las habilidades que nunca debimos dejar olvidadas en nuestro interior.

A continuación vamos a ver algunas de esas habilidades que nos pueden ayudar a crecer como entrenadores.

1. La pasión: Los niños hacen todo con pasión. Ya sea jugar en el recreo, ver los dibujos animados, hacer una construcción de piezas, salir de excursión… Nosotros no debemos perder esa pasión por lo que hacemos. La pasión es el elemento que nos va a permitir dirigir todas nuestras energías hacia la meta que nos propongamos. Lo que nos va a otorgar la posibilidad de superar las dificultades porque siempre vamos a ver una salida. Luego las cosas pueden salir bien o mal, pero haciéndolo con pasión, lo más probable es que tengamos éxito.

http://seryhumano.com/web/wp-content/uploads/2012/11/ni%C3%B1os-y-deportes-13.jpg2. La gestión del error: Uno de los mayores métodos de aprendizaje que los niños usan es el ensayo-error. Prueban hacer algo y si fallan, lo intentan de otra forma; y así hasta que lo consiguen. No desesperan y son persistentes.
Todos los entrenadores nos equivocamos, irremediablemente. Y es por eso que aprendemos. El error es un hecho de nuestro día a día, por lo que no debemos darle importancia. Si es importante lo que hagamos con ese hecho, es decir, como tratemos ese error. Si lo gestionamos mal, aparecerá el fracaso…”no la hago bien”, “no soy capaz de hacerlo”, “soy lo peor”, “mi equipo no vale para ganar”. Si lo gestionamos bien, buscaremos otro método (como hacen los niños) hasta conseguir lo que nos hayamos propuesto y aprenderemos.

 3. La capacidad para aprender: Los niños aprenden a gran velocidad. En los tres primeros años de vida el niño aprende a andar, hablar, piensa de forma autónoma, etc. La experimentación intuitiva les permite descubrir las causas y los efectos que hay detrás de lo que sucede a su alrededor, mejor que cualquier otro método. Nuestro desempeño al frente de equipos y jugadores, nos obliga a estar aprendiendo de forma continuada. De cualquier otra forma nos estancaríamos y con nosotros todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Tenemos que actualizar nuestros conocimientos escuchando a los mejores, aprendiendo de nuestros compañeros, incluso de nuestros jugadores. Y ante todo, debemos aprender como cuando éramos niños: experimentando y practicando todo lo que podamos. Pero no solo debemos actualizarnos con nuevos conocimientos. El mundo que nos rodea se mueve a gran velocidad y tenemos que aprender rápido. El saber adaptarse de forma rápida es lo que algunos autores llaman “talento”.

https://torneopassion.files.wordpress.com/2011/04/hisae-ikenaga.jpg4. La creatividad: Además de sujetar papeles, ¿qué otros usos podrías darle a un clip? Un niño es capaz de pensar en unos doscientos, mientras que en la edad adulta esta cifra se reduce a unos 15 o 20 en el mejor de los casos. Son los resultados de un estudio realizado por el británico Ken Robinson. Todos hemos visto a niños jugar con una caja de zapatos, imaginarse personajes fantásticos o darle uso a una simple bolsa de plástico. Utilizan su “área creativa” del cerebro al cien por cien.  La creatividad es un bien muy preciado en el deporte y podemos relacionarla con la flexibilidad, originalidad y fluidez del pensamiento ante situaciones inesperadas y que nos dan unas respuestas diferentes a las de los demás. Como entrenadores, no debemos coartar el fomento de nuestra creatividad por miedos como el fracaso o el qué dirán. Es muy aconsejable probar cosas nuevas y tener una mentalidad abierta. Experimentar lo “poco habitual” nos permitirá tener experiencias diferentes que, junto con el tiempo, nos hará sacar ante situaciones complicadas nuestra creatividad, a la hora de buscar una solución. Dicen que un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido.

5. El miedo a asumir riesgos: Los niños muy pocas veces dicen que no a algo que se les propone. Lo quieren probar todo, quieren probarse a ellos mismos, siempre están dispuestos a hacer las cosas. El hacer algo les hace sentir importantes, protagonistas de su historia. No tienen miedo a lo que pasará después (a veces son incluso temerarios), lo hacen y luego cuando ya lo han hecho ven qué ha ocurrido y de esa experiencia aprenden. Pero en todo este proceso, no piensan en los riesgos que supone la acción. En cambio nosotros como entrenadores, intentamos llevar nuestros entrenamientos, ejercicios, partidos, etc. al detalle, sin que se salga de un guión establecido para evitar sorpresas. Asumimos pocos o ningún riesgo. Es cierto que en muchas ocasiones hemos pensado… ¿Y si hubiera cambiado el sistema defensivo? ¿Y si hubiera hecho el cambio de jugadores antes? ¿Y si hubiera motivado más al equipo? Innumerables preguntas que nos invaden cuando no conseguimos lo que queremos y que surgen por no tomar riesgos. Seamos como los niños y arriesguémonos. Después ya tendremos tiempo de valoraciones pero… ¿y si nos sale bien?

http://img.irtve.es/imagenes/jorge-duenas-entrenador-del-equipo-espanol-balonmano-femenino-celebrando-gol/1343744094916.jpg
6. La celebración: Los niños lo celebran todo. Fíjate en estas situaciones, seguro que las has vivido. Vamos a ver una película de dibujos: ¡¡Bieeeen!! Nos vamos al centro comercial: ¡¡Bieeeen!! Hoy comemos espaguetis: ¡¡Bieeeen!! Siempre tienen un motivo para celebrar las cosas que les pasan. Ahora mírate tú como entrenador. ¿Qué celebras? Sí, todos celebramos las victorias de nuestro equipo pero hay muchísimas otras cosas que celebrar y que nos perdemos por pasar desapercibidas. Un buen entrenamiento del equipo, un objetivo cumplido de un jugador, una buena defensa, el que los jugadores hayan aprobado el curso, ganar un juego, conseguir un gol, solucionar el problema de un jugador, ascender un puesto en la clasificación… seguro que si lo pensamos todos los días que estamos con nuestros equipos podríamos celebrar algo. Y no nos referimos a pensarlo sino a expresarlo. Salta, grita, emociónate, abraza, comparte…

…Siéntete como un niño.

domingo, 14 de diciembre de 2014

LAS NECESIDADES DE LOS JUGADORES



http://jmentaltrainning.files.wordpress.com/2011/11/1119821.jpg El objetivo fundamental de muchos clubes y equipos, hoy en día, es obtener buenos resultados deportivos a corto plazo, dejando de lado las necesidades de los jugadores. Estamos equivocados si tratamos a éstos como máquinas a las que podamos encender y apagar a nuestro antojo. Máquinas a las que no damos descanso y cuyas necesidades anulamos por el bien del éxito. Son personas, como tú, y por eso debemos tener en cuenta sus necesidades. Esa puede ser la gran diferencia entre tener jugadores motivados, seguros y fieles o no tenerlos.

Pero debemos tener en cuenta que esas necesidades son singulares, propias de cada jugador y varían. Pretender satisfacer a todos, en todo y con las mismas actuaciones, no sólo es absurdo, sino que es difícil que dure en el tiempo.

Estos son algunos de los elementos que un entrenador no debe olvidar y debe gestionar para cubrir las necesidades de sus jugadores:

- Su desarrollo deportivo: Es importante que progresen a través de etapas de trabajo acordes a su edad, con tareas, actividades y ejercicios que les ayuden a mejorar y aprender. Este es un proceso que requiere su tiempo y esfuerzo, pero, a la vez, se convierte en un estímulo para ellos que les lleva a tener una mayor competitividad.

- La conciliación entre su vida personal y deportiva: Es necesario  hacer compatibles los intereses y obligaciones de los jugadores, haciendo que exista un equilibrio entre sus vidas personales (familia, estudios, amigos…) y deportivas (entrenamientos, partidos, viajes…). Así, podemos mejorar los resultados del equipo y el rendimiento de cada jugador.

Coach Carter- Su relación con el entrenador: Uno de los factores más importantes en un equipo es la relación entrenador – jugador. Una buena relación ayudará a mejorar el ambiente de trabajo, que condicionará el rendimiento del jugador. Para ello es muy importante que los entrenadores escuchen a sus jugadores y hablen con asiduidad con ellos.

- Los refuerzos que recibe: Con el feedback o retroalimentación compartiremos con los jugadores observaciones, correcciones y sugerencias; ayudando pues a mejorar su rendimiento. Como ya decíamos en el punto anterior, es importante hablar con los jugadores y hacerles saber que realizan bien su trabajo y cómo podrían mejorarlo. Así se sentirán valorados por sus entrenadores y por su equipo.

- Sentirse partícipes  e importantes en el equipo: Es necesario que los jugadores se sientan parte del equipo y no una mera pieza. Debemos asignar roles a todos los jugadores para que sepan cual es su papel, decirles que queremos de ellos y trabajar con esto para que mejoren respecto a su rol.

- Motivación y reconocimiento de su trabajo: Si el jugador se siente motivado, satisfecho con su trabajo y se siente reconocido, tendremos ante nosotros un potencial éxito deportivo. Dales motivos para que actúen cada día. Proponles objetivos retadores, que se puedan medir, que se puedan alcanzar; siendo así consciente de sus progresos. Valora su trabajo y muéstraselo.

http://es.web.img3.acsta.net/r_640_600/b_1_d6d6d6/medias/04/75/04/047504_ph2.jpg Según numerosos estudios, los jugadores que sienten que sus necesidades se cubren, poseen una actitud positiva, mayor confianza en sí mismos, contribuyen y colaboran dentro del equipo. Si tenemos en cuenta los factores anteriores, lograremos satisfacer de este modo a nuestros jugadores, creando un entorno agradable, motivador y enérgico para triunfar y destacar deportivamente.

Si además incorporamos el reconocimiento como base de nuestra filosofía de equipo, podemos asegurarnos un clima positivo y productivo. Este reconocimiento que en los equipos profesionales suele ser a nivel económico, se convierte en emocional en los equipos de base. Cuando nos referimos a reconocimientos emocionales, hablamos de todos aquellos premios que el jugador puede obtener con los siguientes objetivos: Incentivar su buen hacer en el trabajo diario; incrementar su productividad; satisfacer sus necesidades personales, familiares o profesionales; etc.

Algunos de los beneficios emocionales con los que podemos premiar a nuestros jugadores podrían ser:
-          Horario flexible por motivos de estudio.
-          Adelantar la salida del entrenamiento del viernes.
-          Día libre por cumpleaños.
-          Espacios de relax.
-          Pequeños detalles o regalos.
-          Invitación a comer.
-          Asistencia a eventos.