domingo, 15 de noviembre de 2015

DECÁLOGO DEL ENTRENADOR COOPERATIVO



Los entrenadores siempre estamos en el punto de mira de todos, incluso de nosotros mismos. Si el entorno es exigente con nuestra labor, nosotros lo somos más. Y tanto por unos como por otros, siempre acabamos etiquetados como un entrenador exigente, duro, facilón, sin carácter, etc.

¿Te ha pasado a ti también? Seguro que sí. Y, ¿se corresponde con como tú eres de verdad? Seguro que también.

Dentro de las diferentes clasificaciones sobre los tipos de entrenadores que existen, en esta ocasión quiero centrarme en el entrenador cooperativo.  Aquel que:
-         Comparte la toma de decisiones con los jugadores, siendo su objetivo principal éstos mismos y dejando como objetivo secundario la victoria.
-         Genera una estructura de trabajo que permite a los jugadores aprender a fijar sus propias metas y a luchar por ellas.
-         Dirige con instrucción directa cuando es necesario, pero sabe cuando debe dejar que los jugadores tomen decisiones y asuman responsabilidades.

¿Te reconoces como un entrenador cooperativo? Si es así, seguro que cumples muchos de los puntos del decálogo que leerás a continuación. Si no te reconoces como un entrenador cooperativo, puede que te sirvan para mejorar tu trabajo diario con tus jugadores. ¡¡Allá voy!!

1. ARRIESGA
Tu labor como entrenador está llena de pasos y caminos por descubrir. Modifica, cuando sea necesario, la estructura de tu equipo y de tu mente para crear nuevos escenarios de aprendizaje y evolución tanto en tus jugadores como en ti mismo. Quien no arriesga no gana.

2. CREE
Todos aquellos que componen tu equipo son diferentes. Creer en las potencialidades que cada jugador posee en su interior te hará mantenerte en un reto constante por sacarlas a la luz, en beneficio del equipo.

http://www.futbolbaseenestadopuro.com/wp-content/uploads/2013/02/motivacion.jpg3. DESCUBRE
En la diversidad de los que te rodean está la fuente de la riqueza para aprender y mejorar. Fíjate en tus jugadores, en tus ayudantes, en tus compañeros entrenadores, en los del equipo rival, en la afición… Siempre se aprende de los demás.

4. PROMUEVE
Entre tus jugadores y tú, espacios que generen confianza, respeto y conocimiento mutuo con el objetivo de crear un clima de entrenamiento y competición adecuado.

5. PIENSA
Las dificultades que te encuentres en el día a día, forman parte del camino hacia tus metas. Enfrentarte a ellas será parte de tu aprendizaje. Con este pensamiento aprenderás a centrarte en la solución y no en el problema.

6. CONFÍA
Tus valores, tus ideales, tu filosofía de juego, etc. son claves para sacar lo mejor de cada uno de tus jugadores y del equipo. Cuando tus jugadores vean que tienes unas convicciones firmes en lo que haces y así lo demuestres, la confianza en ti será absoluta.

7. DESPIERTA
Tu imaginación para poder adaptar tu forma de entrenar a la realidad de tu equipo.

8. PLANIFICA
Tus sesiones para que sean novedosas, divertidas, exigentes, cooperativas, dinámicas, etc. y que además cumplan los objetivos marcados. Antes de improvisar, es bueno tener un plan A y un plan B.

9. OBSERVA
Evalúa los progresos de tus jugadores en su aprendizaje y hazles partícipes de ellos. Diles las cosas buenas que hacen y corrígeles las que necesite mejorar. Guíalos para que sean capaces, por sí mismos, de gestionar su propio proceso.
 
10. COMPROMÉTETE
A ser constante y exigente con tu trabajo. A ser fiel a tus ideas cumpliendo con todo lo que dices y prometes. A tratar a tus jugadores como a iguales. Y en definitiva a cumplir todos los puntos de este decálogo.

¿Con cuántos puntos te sientes identificado?

Si cumples alguno que no aparezca en este decálogo, compártelo con el resto de entrenadores dejando tu comentario.