Todos y cada uno de nosotros disponemos de
una voz interior que nos habla, a veces para bien y la mayoría de veces para
mal. Seguro que te ves reflejado en algunas de estas situaciones: ¿Debería
haber hecho el cambio antes? ¿Tendría que haber arriesgado más? ¿Nunca
conseguiré que el equipo confíe en mí? ¿Los demás entrenadores son mejores que
yo?, etc. En otras ocasiones nuestra voz interior nos habla de forma “positiva”
con frases como: “Eres el mejor”, “que gran planteamiento has hecho”, “Todos
quieren ser como tú”, etc. Dependiendo de cómo gestionemos todas estas
conversaciones así serán nuestras acciones. En la mayoría de los casos, este diálogo
interno nos provocará inadecuadas decisiones para el equipo. Es por esto por lo
que debemos aprender a acallar esa voz interior. Para ello debemos tener en
cuenta los siguientes aspectos:
1.
Lo importante es “dejar”
Muchas veces nos
preguntamos por qué después de tanto entrenamiento y tanto esfuerzo no
conseguimos los éxitos que deseamos. Está claro que hay factores externos a
nosotros que pueden impedirlo pero, ¿qué ocurre con nuestro cuerpo? ¿Le dejamos
actuar a su 100% de rendimiento? Si ya sabes cómo actuar, entonces deja que ocurra. Si no lo sabes,
entonces deja que aprenda.
2.
No tenemos que juzgarnos
Si cuando entrenamos
o dirigimos, nos cuestionamos constantemente si lo estamos haciendo bien o mal,
perdemos el centro de atención del juego. Tanto esos juicios positivos como los
negativos pueden hacernos daño. Los negativos nos conducen a los temores y a
las dudas. Los positivos nos llevan a la euforia. Lo ideal es llegar a un
estado tal en el que no emitamos ningún juicio sobre nuestras acciones.
Relacionándolo con el punto anterior, debemos dejar que las cosas sucedan y ser
conscientes de las cosas tal como son, sin agregar nada.
Si nuestra mente
no para de decirnos “que decisión tan mala”, “ya no diriges como antes”, “estás
haciendo el ridículo”, “lo mejor es que lo dejes”, etc. nuestro cuerpo obedece.
Si confiáramos en nosotros mismos, no tendríamos por qué estar hablando. En
estos casos viene bien recordar situaciones pasadas ya vividas en las que
hayamos obtenido buenos resultados.
4. Aprender es un proceso natural innato
Desde siempre, se
ha comentado que aprendemos porque fallamos. Así lo expresan muchos deportistas
de élite, como Michael Jordan: “He fracasado una y otra vez en mi vida y por eso he llegado a tener
éxito”. Y es que a veces nos olvidamos de esto y en lugar de aprender de
forma natural, como cuando somos niños, sin juzgar lo que hacemos, nos
esforzamos por aprender, juzgando si vamos bien o vamos mal. Existe un
aprendizaje natural que opera en todo el mundo, si se le deja.
5.
El arte de la concentración relajada
Si pensamos que
tenemos que relajarnos, nos estamos esforzando por hacerlo. Conceptos
contradictorios son relajarse y esforzarse. Pensamos en relajación como un
estado de tranquilidad, reposo o descanso físico o mental. En cambio, si
hablamos de esfuerzo nos referimos a realizar una acción física o mental de
forma enérgica. El arte de la concentración relajada es lograr concentrarnos
sin haber intentado concentrarnos. Es sentirnos alerta y espontáneos. Es pensar
que podemos hacer lo que tenemos que hacer sin necesidad de esforzarnos
demasiado. Esta concentración relajada es una habilidad fundamental para
dominar nuestra voz interior.
6.
La visualización
Al igual que hablamos
del diálogo que tiene nuestra mente y sus consecuencias, ver o ser capaces de
ver lo que quiero que ocurra, crear una imagen lo más clara posible del
resultado deseado, va a llevarnos a acallar a dicho diálogo. Debemos vernos en
situaciones positivas: tranquilo, respirando y disfrutando cada entrenamiento o
partido, de cada momento, de cada cosa que nos rodea...fluyendo.
Muy interesante.
ResponderEliminarEl artículo sirve para el entrenador deportivo, para cualquiera que se dedique a la enseñanza y por supuesto para la vida misma. Cuando cometemos errores intentaremos rectificar para no volver a tropezar en la misma piedra.
La teoría la conocemos, pero luego está el problema de ponerlo en práctica y controlar todos esos factores externos que no dependen de uno mismo.
Saludos.
Gracias por tu comentario Manuel. Como bien dices, la acción es fundamental para llevar a cabo estos consejos. Respecto a los factores externos, son difíciles de controlar por nosotros. Pero esas amenazas debemos ser capaces de trasformarlas en oportunidades.
ResponderEliminarSaludos.