domingo, 24 de enero de 2016

¿QUIERES QUE LAS FAMILIAS DE TUS JUGADORES SEAN TUS ALIADAS PARA LLEGAR AL ÉXITO?


¡¡Hola entrenador!! En el post de hoy voy a cambiar de tercio.

Hasta la fecha, te he hablado de la figura del entrenador, de sus jugadores o deportistas y de la relación existente entre ambos.
Pero no quiero dejar de lado una de las patas fundamentales sobre la que se apoya este proceso de enseñanza que llevas a cabo a diario. Me refiero a las familias de los deportistas.

Y no, no pienses que voy a soltar el rollo de que las familias son lo peor del deporte; que se piensan que saben más que tú; que sus actitudes en la grada dejan mucho que desear…y un sin fin de cosas que poco a poco se han convertido en tópicos.

Yo quiero hablarte hoy de la familia como el elemento potenciador del desarrollo deportivo de tus deportistas.

Vale, se que te estarás acordando de aquella vez en la que los padres de tu equipo te criticaban por todo lo que hacías y decidías en los partidos (entre otros recuerdos más, jejeje). Pero créeme que ellos también piensan que tú les criticas y les cuestionas.

Esta relación de amor y odio que existe entre ambas partes, debería zanjarse a partir de una verdad absoluta: sus hijos y tus jugadores son las mismas personas, las verdaderas protagonistas de esta película que es el deporte.

Partiendo de esta premisa,

¿Crees que las familias educan deportivamente a sus hijos e hijas?

En caso de ser cierta esta creencia, ¿por qué entonces hay tan poco compromiso, actitud y esfuerzo en la gran mayoría de los jugadores de hoy en día?

¿Crees que prefieren delegar esa educación en profesionales como tú?

En caso de ser cierto, ¿por qué se inmiscuyen entonces en tu trabajo?

Ante todas estas dudas y preguntas, quiero invitarte a que reflexiones sobre lo que estoy exponiéndote en el post.

¿Ves necesaria la comunicación, la colaboración y la complicidad con las familias?

Ellas han decidido que su hijo o hija jueguen a tu deporte, por lo que ¿puedes aprovechar esa complicidad inicial para fomentar un clima sano y de crecimiento en el equipo?

De entrada, ya te respondo que SÍ.
La implicación de las familias en los clubes y en los equipos es fundamental para el desarrollo integral de sus hijos e hijas (nuestros deportistas). No me refiero a que ensalcen lo bien que lo hacen, hasta el punto de convertirlas en estrellas; sino a que su participación, colaboración y coordinación con nuestro trabajo es primordial.

Bueno pues vamos a la práctica.

A partir de aquí quiero facilitarte un par de cuestionarios que seguro te van a facilitar ese contacto con las familias, recibir ambos un feedback muy positivo y coordinar acciones en ambos sentidos, con el único objetivo de la mejora de tu equipo y de tus jugadores.

Lo primero de lo que te voy a hablar es del compromiso y de la actitud de tus jugadores. Para ello te recuerdo la pregunta que te hacía hace un rato.

¿Crees que la educación deportiva (o la falta de ella) que las familias inculcan a sus hijos e hijas, es importante para el desarrollo de estos valores?

Mi opinión es que SÍ.

Si quieres saber cómo es la educación deportiva que reciben los jugadores y al tiempo, que los padres se den cuenta de cual es su implicación en la educación deportiva de sus hijos e hijas, aquí tienes una serie de preguntas que les puedes plantear tanto en una entrevista personal como en un cuestionario.

NOTA: cada vez que ponga la palabra hijo, también me refiero a hija.

1. ¿Ayudas a tu hijo a que mantenga un nivel importante de autoestima?



2. ¿Explicas a tu hijo porque le exiges y a veces le pones límites?



3. ¿Promueves su responsabilidad y autonomía?



4. ¿Transmites a tu hijo a través de tu ejemplo, con tus acciones diarias, los valores y las actitudes que intentas inculcarle?



5. ¿Mantienes, al menos, una conversación semanal con él, para preguntarle por sus entrenamientos y partidos?



6. ¿Te interesas por sus relaciones sociales dentro del equipo y del club?



7. ¿Propicias que en tu casa haya un adecuado ambiente deportivo?



8. ¿Refuerzas a tu hijo o le ayudas si tiene alguna duda o problema con alguna situación de juego, individual o colectiva?



9. ¿Facilitas a tu hijo libros, periódicos, vídeos, etc. sobre el deporte que practica o relacionados con el deporte en general?



10. ¿Le invitas a pensar y a analizar de forma crítica aspectos referentes al deporte?



11. ¿Le informas de los beneficios que tiene practicar deporte, tanto individual como socialmente?



12. ¿Conoces o mantienes amistad con padres de los compañeros de tu hijo?



13. ¿Os reunís alguna vez con ellos para disfrutar de actividades de ocio y conversáis sobre el equipo o el club de vuestros hijos?

Después de contestar a todas estas cuestiones, es necesario que tanto los padres como tú hagáis un análisis de las respuestas. Y si es necesario (yo diría que es muy bueno) debatir al respecto: tú con los padres y ellos con sus hijos.

Después de ver las preguntas, ¿Cuál crees que es la educación deportiva que reciben en casa tus jugadores?
Bien, pues ya te he contado cómo averiguar si tus jugadores vienen con una educación deportiva desde casa. Incluso puedes usarlo para ayudar a los padres a que se den cuenta de cual es la educación deportiva que le dan a sus hijos.

Pero luego te vas a encontrar con otros casos. Aquellos en los que los padres prefieren delegar esa educación deportiva en ti. Ya sea por falta de tiempo, de ganas o de ambas.

Pese a ello, mi consejo es que debes inmiscuirles en la educación deportiva de sus hijos. En primer lugar porque ellos son los primeros educadores y en segundo lugar porque tú tienes derecho a no sentirte solo en la educación de sus hijos y la obligación de no trabajar sus espaldas.

Para que trabajes este caso, te voy a proponer otra batería de preguntas para que las utilices a conveniencia con los padres de tus jugadores.

Empiezo.

1. ¿Conoces el club de tu hijo?



2. ¿Conoces a algún padre o madre que sí participen en él?



3. En caso afirmativo, ¿Hablas al menos con ellos para informarte?



4. ¿Conoces los beneficios concretos que tiene vuestro hijo por pertenecer al club o equipo en el que hace deporte?



5. ¿Conoces a alguien de la directiva del club? ¿Y ellos a ti?



6. ¿Conoces a los entrenadores y en concreto al de tu hijo?



7. ¿Informas al club o al equipo acerca del contexto en el que se mueve tu hijo fuera de él, de su carácter, conducta en casa, relación con hermanos y amigos, actividades, etc?



8. ¿El diálogo con el club o equipo lo haces de forma asertiva?



9. ¿Sigues de cerca la evolución deportiva de tu hijo, sus resultados, sus progresos?



10. ¿Cuáles son las expectativas o aspiraciones en relación con la educación deportiva de tu hijo?



11. ¿Crees que éstas son compartidas por su entrenador?



12. ¿Son estas expectativas que tienes para tu hijo, coherentes con los comportamientos de tu entorno familiar?

A modo de conclusión, a estas alturas seguro que sabes que las relaciones con las familias dentro de un equipo o club podrían ser más fluidas de lo que son.

Espero que con este post, pueda ayudarte a mejorar ese vacío en el que nos encontramos muchas veces como entrenadores.

Y recuerda que las familias son esenciales para el éxito de tu equipo.

Me encantaría saber las experiencias, tanto positivas como negativas, que has tenido a lo largo de tu vida de entrenador, con las familias de tus jugadores.

Así que, anímate y deja tu comentario.

sábado, 2 de enero de 2016

APRENDE A CREAR METAS EXTRAORDINARIAS Y CÓMO LLEVARLAS A LA PRÁCTICA



Comienza un nuevo año natural. Aunque en el mundo de los entrenadores como tú, los años se cuentan por temporadas. ¿Cuándo empezó tu año? ¿Agosto, septiembre? En realidad, seguro que no hay mes en el que dejes de trabajar: programaciones, entrenamientos, formación, etc.

Pero volvamos a estas fiestas en las que como una verdadera tradición, las personas se plantean propósitos a cumplir el resto del año. ¿Tú lo has hecho?

A ver si te suenan cosas como…
-         Pasar más tiempo con la familia y amigos.
-         Hacer ejercicio para estar en forma.
-         Adelgazar.
-         Dejar de fumar.
-         Tener más tiempo libre para hacer lo que te gusta.
-         Dejar de beber.
-         Ahorrar.
-         Aprender inglés.

Lo que pasa es que estos propósitos rara vez se cumplen y se vuelven a desear para el año siguiente… y así por siempre. No dejan de ser deseos… Nada concreto y muy general.

Y lo mismo ocurre con los propósitos de inicio de año para ti y tu equipo.

Si no quieres que todos los años aparezcan los mismos propósitos incumplidos, yo te propongo un plan:

Aprende a crear metas extraordinarias y cómo llevarlas a la práctica

Supongo que a estas alturas, ya sabrás que la motivación no es estar animado (que también). Sino que se trata de tener un motivo y pasar a la acción para conseguirlo.

El motivo lo podemos denominar META, es decir, aquello que quieres conseguir. Y pasar a la acción no es más que tener un plan marcado para llegar desde donde te encuentras en estos instantes, hasta donde quieres llegar en un futuro.

Te explicaré más adelante como hacer ambas cosas, pero antes quiero hablarte de otro aspecto intermedio sin el cual, tampoco conseguiremos nada.

Hace un par de días terminé el libro “Superpoderes del éxito para gente normal” escrito por el Mago More y que te recomiendo leer. En él, habla de que de nada sirve escribir unas metas en un papel o trazarte un plan de acción perfecto si no existe ‘algo’ que te impulse a llevar a cabo dicho plan.

Ese ‘algo’ se llama FUERZA DE VOLUNTAD y será la gasolina que nos mantendrá en el buen camino.

MOTIVACIÓN = (MOTIVO + PLAN DE ACCIÓN) x FUERZA DE VOLUNTAD

Como ves, la fuerza de voluntad es un factor que va a multiplicar lo que te planifiques sobre el papel.

Ahora bien, ¿realmente quieres plantearte unas metas que te hagan mejorar este año que comienza? ¿Cuánta fuerza de voluntad vas a tener? Ponle nota, de 0 a 10. Solo estarás en disposición de crear unas METAS EXTRAORDINARIAS que te hagan mejorar o conseguir lo que desees, si tu respuesta ha sido 10. No te engañes, si no ha sido así, tarde o temprano abandonarás.

Pero como sé que has pensado 10, tengo que decirte que eres un auténtico superhéroe. Sigue leyendo porque ahora viene lo bueno.

1. La rueda de la vida (deportiva)

En primer lugar tienes que tomar conciencia. ¿Tomar conciencia de qué? Pues de lo que quieres trabajar, mejorar o del destino al que quieres llegar.

Para ello, tienes que proyectar una visión global de tu situación actual a través de esta herramienta; con la que verás lo que te está ocurriendo en cada una de las áreas en las que trabajas en tu día a día como entrenador.

Estas áreas pueden ser:
-         Conocimientos técnicos.
-         Conocimientos tácticos.
-         Conocimientos de preparación física.
-         Dirección de equipo.
-         Liderazgo.
-         Comunicación con jugadores.
-         Etc…

Debes puntuarte de 0 a 10 en cada una de ellas, según tu grado de satisfacción actual. Aquí tienes una rueda:





Una vez que hayas puntuado cada área, une los puntos. Te saldrá un polígono dibujado. Cuanto más “redondo” y cercano al 10 sea ese dibujo, mayor estabilidad.

Cuando acabes, tendrás una visión actual de cómo es tu situación como entrenador.

Entonces te planteo las siguientes preguntas:

¿Qué piensas de ella?

¿Te dice algo de ti?

¿Encuentras relación entre algunas áreas?

¿El tiempo que le dedicas a esas áreas se corresponde con tu nivel de satisfacción?

¿Qué conclusiones sacas al respecto?

El siguiente paso, después de analizar la rueda, es coger una de las áreas y pensar qué tendrías que hacer para que tu puntación subiera 2-3 puntos. La acción que pienses se convertirá en un objetivo.

Ejemplo: Te has puntuado en tus conocimientos de preparación física con un 6. Para subir hasta el 8-9 has decidido que tienes que “formarte más” (objetivo).

2. Convertir objetivos en una METAS EXTRAORDINARIAS

¿Te acuerdas de esos propósitos generales de los que te hablaba al principio? Pues aquí tienes uno: formarte más.

Pues bien, ahora te voy a enseñar como transformar este objetivo en una META extraordinaria.

Para ello tienes que usar una técnica que se llama S.M.A.R.T.

SMART
Specific  (específica)       ¿Qué quieres exactamente?
Mensurable (medible)   ¿Cómo sabrás que has alcanzado tu objetivo?  ¿Qué  habrá  cambiado  que te     permita      saber      que      lo      has conseguido?
Agreed (convenido)      ¿Cl es tu nivel de compromiso con este objetivo?
Realistic (realista)         Si     empezaras      desde     mañana      a trabajar     para     tu     objetivo,    ¿Qué opciones tendas de alcanzarlo?
Time paced
 (planeada por etapas)  ¿Cada cuánto tiempo vas a medir tus progresos?      ¿Cles       son     los     tres primeros pasos que te acercarán a tu objetivo?

Ejemplo: La transformación de tu objetivo “formarte más” en META sería así:

Hacer 1 curso de preparación física para deportes colectivos o individuales (según tu deporte) cada cuatro meses, durante 2016.

Con este sistema puedes hacer lo mismo con cada una de las áreas que hayas puesto en la rueda de la vida.

3. El plan de acción

Cuando ya tengas todas tus METAS, tendrás que desarrollar un plan. Básicamente  se trata de saber QUÉ vas a hacer,  CON QUÉ vas a hacerlo  y CUÁNDO vas a realizar las tareas concretas para lograr finalmente tus METAS EXTRAORDINARIAS (poniendo unas fechas límites).

Ejemplo: Un plan de acción simple para tu objetivo “Hacer 1 curso de preparación física para deportes colectivos o individuales (según tu deporte) cada cuatro meses, durante 2016” sería así:

-         Primer paso: Buscar cursos de formación antes del 15 de febrero.
-         Segundo paso: Apuntarme al primer curso antes del 29 de febrero.
-         Tercer paso: Apuntarme al segundo curso antes del 15 de junio.
-         Cuarto paso: Apuntarme al tercer curso antes del 15 de octubre.

Ya sabes cómo marcarte unas metas extraordinarias y de que manera llevarlas a cabo.

https://santiagorivera.files.wordpress.com/2013/03/2.jpg
La fuerza de la voluntad la dejo de tu parte, pues es personal e intransferible ;-)  (En otro post te enseñaré como aumentar tu fuerza de voluntad gracias a los hábitos).

Bueno, pues ya no hay vuelta atrás. No hay excusas. Si quieres mejorar, tienes 365 días por delante para convertir tus propósitos, en METAS EXTRAORDINARIAS.

¿A qué estás esperando?